Primero: Gracias, miles, por tantos mensajes lindos respecto de la nota. Si alguien planeaba saludarme para mi cumpleaños sepan que, con los saludos que recibí ayer, ya tengo cubierta la cuota de amor del 2014.
Y luego, el relato.
Hace un més (un poco más?) me escribieron
las Wow, Cecilia Nigro y Mariana Rapoport, para incluirme en una nota de navidad que estaban armando para La Nación Revista.
Dije que sí a pura reticencia. Navidad es una época complicada: al agotamiento del año se le suman el mucho trabajo, los muchos compromisos, el poco tiempo y los síntomas de la fibromialgia que enloquecen por el calor, las emociones y el cansancio.
Para mí, decir que sí a algo apenas arrancado diciembre es sinónimo de nervios y, por ende, crisis físico-emocional y un par de días en cama para recuperarme del stress que me genera vocalizar y concretar una idea que involucra a otro (así de sencillita soy)
Una vez que dí el sí,
dejé pasar 2 semanas porque no se me caía una idea y me puse a planear qué hacer .
Verán, durante todo el 2013 estuve obsesionada con tener un árbol blanco tradicional para navidad. Entonces pensé mi navidad en torno a ese árbol. Con un montón de ideas y referencias del concepto menos innovador de navidad (HOLA! un árbol de navidad con guirnaldas de navidad!) fue que mandé mail al equipo WOW.
La respuesta fue: sí, pero más CONCEPTUAL.
Acá, una nota al margen:
Para mí las WOW tienen ese je ne sais quoi que destila elegancia, sofisticación y vanguardia.
Para mí, Dobleufa no es ninguna de esas cosas. Si bien me gusta lo que hago, yo veo mi producción como papelitos de colores con formitas, nada menos vanguardista y elegante que mis labores de señora de 1950!
Sumemosle a esa sensación, la falta de seguridad que me generan el cansancio y, de nuevo, todos los otros síntomas de la fibromialgia y la noticia de que los otros dos participantes de la nota son Martín Huberman y Horacio Gallo. Oh, my!
YO NO PUEDO HACER ESTO! No me da el Piné!
Ante el pedido de Cecilia y Mariana, mandé un mail que decía algo así como: NO! yo no puedo, porque
estoy cansada, porque el árbol, porque mi inseguridad, y la elegancia y, y… solo me faltó mandarles una foto mía escondida abajo de la cama!
No sé muy bien cómo, me convencieron.
Un par de sugerencias WOW y unos rollos de papel calco más tarde y ya estaba hasta los codos de decoración navideña.
Un par de días antes de las fotos, me avisaron que yo también salía en la nota (ya me lo habían dicho pero mi cabeza bloquea la información que le resulta traumática, así que no lo había registrado). Otra vez a nadar en la marea de nervios: porque estoy tanto en casa que la única ropa decente que tengo son 2 vestidos de algodón, porque el cocktail de medicamentos de este año me dejó con TODOS los kilos de más, porque tengo el pelo violeta…
Nerviosa o no, llegó el día de las fotos y, mal que mal, salió.
Nicolás Faig, el fotógrafo, tuvo que lidiar con mi discapacidad a la hora de salir con los ojos abiertos en las fotos (tengo el recuerdo de haber empezado a hacer pavadas para no salir en fotos a eso de las 11 años. 19 años mas tarde, cuando suena el obturador, instintivamente sacudo la cabeza y cierro los ojos, el resultado s
uele ser este pero menos tierno)
Cuando terminamos me hice pat-pat en la cabeza y me volví a casa a dormir la siesta contenta de haber sobrevivido a las fotos.
Una o dos semanas después, recibo otro mail: vas a salir en la tapa!
Yo, sola, en la tapa. Otro vestido, unos zapatitos mas coquetos y unas poses, a ver cual queda.
Si me hubiera tocado sacar las fotos con mi ser como objeto principal, me hubiera revoleado algo por la cabeza (DALE PIBA! Los ojos abiertos, la patita así y una sonrisa normal, que nos queremos ir a nuestras casas!) Decí que Nicolás debe saber que si le decís eso a una discapacitada de la fotogenia tardás el triple de tiempo.
Terminamos con las fotos, traté de compensar con unos pastelitos y, de nuevo, me fui a dormir la siesta.
Después de eso me rehusé a decirle a la gente que iba a salir la nota. Porque siempre puede fallar.
Pero salió nomás y me van a seguir viendo la cara en cada visita al odontólogo, al dermatólogo, a la depiladora . A menos que vayan a un profesional copado que, en lugar de tener la sala de espera llena de la revista del domingo tenga, como un ortodoncista al que fuí, una selección de Brando y Hombre.
Una vez terminado el relato,
las fotos de la navidad en el local. Que gracias a la preparación para la nota, quedó todavía mas navideño que los años anteriores (aún sin mi árbol blanco)
Finalmente, los agradecimientos:
A
las Wow, por semejante invitación.
A
Nicolás, por no patearme la cabeza cuando, de nuevo, cerraba los ojos.
A
Ceci, sin cuyo apoyo moral y guardarropas completo no hubiera sobrevivido (a las consultas ¨de dónde son los zapatos¨: son de Ceci, los compró en Mishka hace años).
A mimarido, porque es el que mas tantrums se aguanta sin chistar.
A
Lou, por haber escrito cosas tan lindas sobre mí.
Y
al staff de Les Croquants, que atendió clientes y sirvió cafés (
Santi, I´m looking at you) a pesar de tener invadido el local de gente y navidad.
Que pasen unas felices fiestas, llenas de aire acondicionado y Champagne rico!