Dos amigos del quilting

Tengo dos nuevas herramientas para mis proyectos. Una, vilmente comprada en el lugar donde todo es bello y relativamente caro (lease: el extranjero), la otra, un método para emular con muy poco otra herramienta muy específica que también se consigue donde todo es bello, útil y relativamente caro (me pregunto si hay algo que allí no se consiga)

La primera, entonces: Un lápiz portamina especial para marcar tela. La mina viene de varios colores (también viene el lápiz, para tener uno de cada. Yo opté por comprar un lápiz y minas de dos colores) y, hasta ahora, me resultó de maravillas.
Venía teniendo dramas con los lápices blancos para marcar telas, porque llega un momento en que la mina se pone resbalosa y no marca ni un poco. Ni hablar con los otros métodos menos precisos (lease: tiza, jabón, etc)
Este lápiz se borra con agua. Hay un borrador especial que tampoco pienso comprar. Con pasar un trapito húmedo o, directamente, lavar la pieza, el color del lápiz desaparece completamente. 

La otra?
Se que no todos quiltean, así que me voy a explayar.
Cuando se arma el sandwich para quiltear una colcha (se pone la tela del reverso, el relleno, y la pieza que confeccionamos para que sea la parte de arriba) hay que sostener las tres capas con algo.

El método más tradicional es con alfileres de gancho. Se ensartan las alfileres y después se cierran. A medida que pasa la colcha por la máquina, se van desenganchando y sacando las alfileres de gancho.
Mi opinión: dudo que exista una tarea más tortuosa. Para cuando puse el décimo alfiler de gancho, ya tengo todos los dedos rotos.

Otra técnica: el pegamento en aerosol. Se extiende la tela de atrás (con el reverso para arriba), se rocía con el aerosol, se apoya el relleno, se vuelve a rociar y se extiende el frente de la colcha encima de eso. 
Es una técnica genial, especialmente para piezas grandes, queda todo bien agarrado, funciona perfecto.
Mi problema: trabajo en mi tallercito, a los 10 minutos de rociar aerosol, con la poca ventilación que tengo, empiezo a delirar de todo el pegamento que aspiré.

Finalmente, lo que descubrí hace poco: una señora muy astuta, allá en norteamérica, inventó unas trabitas de silicona para pinchar en la punta de los alfileres y poder usarlos casi como alfileres de gancho.
Trabitas de silicona...hmmm...

He aquí la solución, sin paypal ni correo de por medio.
Con una tijera común, cortan las barras de silicona de la pistola encoladora en pedacitos de, aproximadamente, 1 cm de largo y listo!
 Trabas para poder bastillar quilts sin necesidad de alfileres de gancho ni aerosol.
Al momento de coser, se pueden tener dos tarritos, uno para ir dejando las alfileres y otro para las trabitas.

Es evidente que las trabitas que venden han de ser mejores que esta solución, pero, para salir del paso y, aunque sea, probar el método de bastillar, el recurso casero es una buena opción.

Dos cosas importantes a tener en cuenta: 
1- NI SE LES OCURRA PLANCHAR CON ESTAS TRABITAS EN LA TELA! En serio, hacen un desastre y no me responsabilizo, eh!
2- Cuando las trabitas quedan mucho tiempo (dos o tres días) pinchadas en el alfiler, dejar un pequeño residuo, que sale con poco esfuerzo frotando con los dedos, pero que si no lo sacan, estorba pegado en la punta del alfiler.

Espero les sirva!


Almohadón

Por segundo año consecutivo, asistí (asistimos, todas, muchas) al desayuno que organizó Ceci Koppmann para celebrar el final de otro año de clases.
Como es costumbre, hubo intercambio de bloques (como las figus pero de señoras ya crecidas) y, en algún momento, ya no recuerdo si de diciembre o enero, me decidí a construir algo con los bloques que cambié.
Me alcanzó justito para un almohadón bastante grande.


Estoy planeando hacerme un cartel de "ya no más almohadones". Es eso o resignarme a vivir en el mundo acolchadito.

Cathedral window

En casa ya son noticias viejas, pero acá aún no había comentado nada al respecto:

HE TERMINADO MI "CATHEDRAL WINDOWS" en el sentido amplio del "terminar".


En el fondo sabía que era imposible construir un cathedral windows de ese tamaño en la máquina de coser. 
Según los cálculos que hice después de la emoción inicial, necesitaba alrededor de 18 metros de tela de 2,80m de ancho... 
Yo no se si alguna vez han comprado una cantidad así de tela, si compraron, ya deben tener identificado el problema, si no, se los comento brevemente: si un metro de tela de 2,80 de ancho pesa, mas o menos, 0,7 kg, 18 metros pesan, no menos de 12,6 kg!!! más los cuadraditos de colores, más el hilo, más lo rígida que se iba poniendo la colcha a medida que la cosía, necesitaba empezar a levantar pesas para poder quiltear semejante bestialidad.

Vale decir que, después de casi dos años de proceso (dos años de frustración porque la cosa esa estaba ahí, sin terminar, dos años de la cosa juntando tierra, mudándose de rincón en rincón), opté por mi sanidad mental y decidí terminar en un pie de cama.





No es poca cosa (es 1 m x 2,6 m aproximadamente) pero aún no termino de amigarme con la idea de una "carpetita ornamental" para la cama. Al menos conseguí sacarla del taller.
Ahora puedo guardarla para ponerla en uso en el cuarto de huéspedes el día que viva en una casa toda blanca y gigantesca (total,soñar no cuesta nada, no?)

El fin de mis juguetes de tela

Después de un año completo de escasez de juguetes, he decidido dejar de ofrecerlos.
Hay muchas mas gente deseando un juguete Dobleufa que posibilidades de coserlos.
Entonces, eso: los juguetes Dobleufa saludan con las dos manitos (los que tengan manitos, claro) y dicen: So long, farewell... y el resto de la canción.

Ya habrá otra proyectos que reemplacen a este, estoy segura de eso. 


Oh! La felicidad!

Tengo amiga nueva de escritorio.

Es la primera nuevita nuevita desde hace muchos años. Tuve la vieja de padre, la descartada de Gaby, la segunda descartada de Gaby y, desde hacia poco más de un año, la laptop abandonada de suegra, que servía, mas que nada, de radio.

También es la primera Mac, de modo que estamos en modo exploración.
Le digo a Gaby que me parece mágico que el mouse y el teclado no tengan cable y se me rie en la cara: eso es lo que te llama la atención?! 
No, no, también me encanta que el manual que venia en la cajita del teclado me saludara.

Ay, que feliz que soy, por favor!

Mañana volvemos a la programación habitual.
Prometo.
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