Mundos paralelos

Es sabido que en Buenos Aires abundan los comercios especializados. Existe la casa de las 100.000 lamparas, el mundo del cepillo, la casa del caucho, el palacio de la papa frita...
Me encanta entrar a esos lugares. Soy una enfermita de la variedad. Si hay mil de los mismo seguro que alguno me va a servir para algo.
Una de las casas especializadas que más me llama la atención es la Casa Navidad. Un local que vende decoraciones navideñas durante casi todo el año (creo que cierran unos meses). Ahí se pueden conseguir lucecitas, globos de nieve, picos para el árbol, cintas y , lo que más me gusta, una variedad enorme de esferas navideñas de vidrio decoradas.

Durante este año me crucé mil veces con posts de blogs norteamericanos en los que mostraban como llenar unas esferas de vidrio lisas con diferentes cositas. Algunos ejemplos:

Via Pinterest

Hasta hace unas semanas me daba la sensación de que la única forma de conseguir un par de esas era encargarselas a alguien que viajara.

Hasta que se me encendió la lamparita: si en la casa navidad tienen mil esferas de vidrio decoradas, por qué no iban a tener de las transparentes?

En uno de mis rallys de compra de materia prima para el local, me hice una escapada. Y tenían nomás.

Vale aclarar que yo soy fan de la navidad pero no para mi casa, por ende, comprar esas esferas era, mas que nada, un capricho. Entonces me saqué las ganas de llenarlas de cositas (llenarlas es tan sencillo como sacarles el ganchito y meterles cualquier cosa que pase por el pico) y regalarselas a mi madre, que arma un árbol grandote lleno de esferas de vidrio.
Aquí los resultados:

Llené unas con un cordon de goma fluorescente que compré en una de las casas de fornituras y cuentitas para hacer collares del Once, sobre Uriburu. (Me informaron recientemente que el cordon es de Brillopal y que se consigue en su showroom. Gracias Patricia!)

Y otras con cascabeles de la misma cuadra.

Mas adelante, las aventuras de Noe en el Mundo del Brillo.
Stay Tuned.