Vuelvo al blog porque, en mi memoria, esta es la plataforma del puerperio y la maternidad. Me acuerdo haber leido los relatos de Perica @elpezpunteado , las historias cortitas de Loli @lolicalcagno , las recomendaciones de Marce @marcejinete y la vida como madre de la fabulosa Marie #elcuadernodenippur
Vuelvo tambien porque aca es donde hable durante años de las cosas que pasan. Hable del incendio, de mis aventuras como joyera, costurera y crafter, de mi salud mental (y de la falta de ella).
Escribo con Haru, de un mes y medio, desmayado en mi regazo. Son las 3am, recien termina de tomar la teta y yo lloro de amor, cansancio y un poquito de terror.
Posterchild del puerperio.
Anda a contarle a Noe-nunca-voy-a-tener hijos (que llego firme a los 32 y se fue desdibujando a medida que Noe-confiada-en sus-decisiones-y-habilidades-para-hacer-y-querer empezaba a materializarse) que un dia iba a cambiar de idea y que la bomba atomica que es un hijo a la vida hermosa, prolija y ordenadita que se habia armado le iba a hacer estallar el corazon de amor.
Anda a contarle que volveria a atravesar la tortura fisica de hacer crecer a un humano adentro del cuerpo para luego hacerlo salir por un agujero minimo en un entorno medicalizado fanatico de las intervenciones porque el amor que siente por el bebito que obtuvo de premio no se compara con nada.
Entonces, aca esta Haru, mi bebe-viejito. Con su nombre nipon en honor a la semana de su nacimiento y a nuestro amor por (casi) todo lo japones. Haru parece querer medir lo que su padre antes de llegar al año, sonrie de costadito y me mira cortar papeles, intrigado y paciente.
De ahora en mas es todo asegurarme de que este amor descomunal que siento le llegue claro y fuerte.
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