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Un aviso: Las fotos del principio de este post son un tanto crudas. Almas sensibles, abstenerse.

Primero:
Un millón de gracias a todos los que dejaron comentarios lindos en el post anterior, a los que me mandaron mails con ofrecimientos hermosos, a los que me llamaron y consolaron extensivamente.
Es lindo saber que hay un montón de gente dispuesta a ayudar y dar una mano.

Luego:
Rechacé la gran mayoría de los ofrecimientos (excepto los de amigos muy cercanos durante los primeros días) porque el incidente no fue tan grave (si, la casa quedó inhabitable, la habitación destrozada y todo lleno de hollín, pero nosotros nunca estuvimos en peligro de nada y no perdimos nada indispensable y eso es lo que importa)

Hace unos días entro un comentario pidiendo que contara qué se podía hacer para evitar ese tipo de situaciones y me dio gracia. No porque el comentario no fuera pertinente, sino porque fue uno de esos accidentes imposibles de impedir. El consejo sería: cierre las ventanas, baje las persianas e instale una placa de hierro que cubra por completo la extensión de la abertura.

El 31 de diciembre estuve en casa hasta las 7 de la tarde. Salí en taxi camino a Villa Urquiza y pasé uno de los mejores 31 de mi vida, rodeada de amigos, comiendo la comida mas rica del mundo y hablando pavadas hasta tarde. Nos quedamos, casi todos, a dormir ahí.

A las 10 am, nos despertó el celular. Del otro lado, el dueño del departamento nos avisaba que había habido un principio de incendio en el departamento, que los bomberos habían tenido que tirar la puerta abajo.

Salimos tan pronto como pudimos conseguir un taxi.

Por el camino empecé a revisar mentalmente qué había podía haber hecho mal: había dejado una luz prendida? una hornalla? una ventana abierta? la plancha? la computadora?

No se me ocurrió nada.

Cuando llegamos, la casa era este caos:

La caja que había forrado la mañana del 31, cubierta de hollín, como todo lo demás y los herrajes de la puerta, que estaba destrozada.

Todas las superficies blancas eran una especie de fotograma de los objetos que tenían apoyados

Esa era la remera nuevita de Pesqueira del papel que usé para forrar la caja :(

lo que quedó de mis borcegos azules
El contenido del placard

Todas mis suposiciones eran correctas, no había nada eléctrico encendido, la cocina estaba apagada, parecía que el banquito con los almohadones del pie de la cama hubiera combustionado espontáneamente!

Nos costó que nos informaran qué había pasado, ningún vecino sabía bien, nadie entendía nada.

El vecino de arriba, un arquitecto con la mejor onda del mundo, nos contó que el incendio se había generado por un fuego artificial que habían tirado los vecinos de la vuelta, que rompió la persiana y el vidrio y cayó sobre el banquito con los almohadones y algo de ropa.

Un poco desorientados, con esa información, fuimos a tocarles el timbre a los vecinos.
Sin enojo, porque en esa situación, no nos salió el enojo.
Nos atendieron 5 chicos, mas o menos de nuestra edad, muy avergonzados y acongojados.
Les pedimos que entraran a ver el departamento.
Cuando entraron, quedaron tan pasmados como nosotros y se ofrecieron a ayudarnos con lo que les pidiéramos.

Sin mucha certeza de nada, empezamos a intentar limpiar. Fue duro y largo. Hubo que vaciar todos los placards, todos los objetos, excepto las pocas cosas que estaban en tuppers herméticos, quedaron llenos de hollín.

Vinieron amigos a ayudar, nos contactaron con todos sus albañiles, pintores, constructores de puertas de confianza.

De a poco conseguimos limpiar y desarmar casi todo, pintar una habitacion y apilar todo ahí.
El resto de la casa quedó bastante vacía, lista para limpiar y pintar las paredes.

Me saqué las ganas de pintar con soplete (que desplazó al taladro para estar en el primer puesto de mi lista de herramientas favoritas)

Y pude lustrar el piso con la lustradora Yelmo de la abuela (esa casi destrona a la aspiradora, pero la aspiradora es nueva y violeta y la lustradora no le llega a los talones en cuanto a funcionalidad)

De la limpieza y pintura del resto del departamento se encargan los pintores y albañiles de los chicos que tiraron el fuego artificial. Decidieron, sin que les pidiéramos mucho, correr con ese gasto, el mas grande, el que nos hubiera afectado bastante la economía de estos primeros meses del año.

Así que acá estamos:

todas nuestras pertenencias guardadas en la oficina de Gaby

los albañiles limpiando, masillando y pintando la casa

y nosotros jugando a las vacaciones de media jornada en la casa de Boedo.
Porque acá en Boedo no se puede hacer otra cosa que vacacionar.

Traje la maquina de coser y estuve adelantando algunos quilts.

Suegra y Suegro tienen espacio infinito en su casa, es un placer hacer un sandwich en el piso (por eso hice tres)

Miré mucha tele.
Jugamos boggle, Scrabble, incluso Jenga.
Miramos películas y mas películas en los sillones mas cómodos del universo

Hicimos (hice) origami

Comimos con amigos
Tiramos el I Ching

Y usamos unas cuantas horas para hacer absolutamente nada (todo lo otro se puede hacer en cualquier lugar, pero hacer absolutamente nada es un desafio importante y esta casa se presta muy bien a eso)

Hoy estuve encerrada (que vendría a ser un uso un tanto amplio del encierro, porque en la terraza hay una especie de selva tropical), cosiendo todo el día, pero Gaby fue a ver el departamento y dice que ya no se siente el olor a hollín.

Excepto el cathedral windows, que ya es parte del aire, todo lo otro empieza a volver a su lugar.
La barra de "loading..." ya está al 60%.
Falta poco.