Cajas forradas - Recycled boxes


Despues del incedio me quedaron muchas cajas de cartón en un estado lamentable.
Las cajas en sí no tienen ningún problema (estructuralmente hablando) pero el papel que las forraba quedó imposiblemente sucio.

Justo antes del incendio, había hecho una prueba con el papel de Pesqueira y una caja vieja y había tenido bastante éxito.

Estando en casa de suegros, mientras acá trabajaban para devolver todo a la normalidad, me encontré navegando por Yozo, una página china de cosas lindas. Me encontré navegando y comprando. Papeles hermosos, con la idea de arreglar las cajas arruinadas.
Hace unos días llegaron, por fin, los papeles y me puse manos a la obra.

Tenía abstinencia de tutorial, así que registré el proceso completo.

Espero a que alguien le resulte útil.

After  the fire in my apartment, many (well, all) of my cardboard boxes got ruined.
The structure of the boxes if fine, but the paper on the outside ended up covered in the oily dirt that covered everything else.
Since the paper in the boxes has a matte finish, trying to clean them only made it worst.
So, I decided to recycle them, using some lovely paper I got from Yozo, a great chinese store.
Since I also had a case of tutorial abstinence, I decided to photograph the whole process.

Hope you find it useful!
Scroll down for the english version.



 


 

 
 


 Eso es todo.
La Silhouette Cameo fue un regalo de Gaby. La compró en Ingenia, que queda en Rosario pero que hace envíos. Ellos tienen todos los accesorios necesarios para usarla. Yo estoy cortando todos los papelitos que encuentro en casa. No puedo parar.

De hilos de bordar y Sarah Kay

En noviembre terminé de preparar el sandwich de un tapiz quilteado con partes del texto de uno de los poemas que Sarah Kay recitó en una de sus charlas de TED. 

Lo pospuse por la navidad y después por el incendio. 
Hace poco mas de una semana, decidí retomarlo.

La primera vez que escuché a Sarah Kay recitar ¨point B¨, lloré durante 15 minutos. Me conmovió al infinito. Podría escucharla hablar durante horas y horas. Fue amor a primera oída.

Yo no me llevo muy bien con la palabra recitada, a duras penas me llevo con la palabra escrita, así que decidí convertir las palabras que tanto me conmovieron en puntadas. 
La idea inicial era quiltear el texto completo, pero me decidí por retazos, algunas de las partes que mas me gustan. 
También planeaba quiltear en free motion con hilo negro y usar un binding neutro. Pero esa decisión me limitaba bastante. Suficiente neutralidad con el lino de fondo.
El texto tiene matices, formas, colores, acentos. 
Fue por eso que decidí bordar a mano, con hilos de colores y diferentes puntos, buena parte de la superficie del quilt.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan involucrada con un proyecto. Oscilo constantemente entre el amor y el odio. Amor, porque el texto me parece hermoso, porque creo que voy a quedar muy conforme con el resultado. Odio, porque pienso que es una idea poco original, porque pienso que la mismísima Sarah lo va a ver y no le va a gustar (?). Y, de nuevo, amor porque no puedo esperar a coser el binding de colores, que va a quedar tan lindo y odio porque no puede ser que me cuestione todo tanto y porque me duelen los dedos de empujar a aguja y... Oh, la inseguridad, que sería de la creatividad sin la inseguridad!

Supongo que una vez que este terminada, lavada y guardada en una caja, voy a poder volver a la vida normal. O, mejor, buscar un nuevo proyecto que me tenga en vilo un buen rato.

Pero para qué planificar tan adelante. Mejor vuelvo al bordado.


Collage

Del viaje que hicimos en abril me traje muchas pavadas de papelería.
Folletos, entradas a museos, tickets de metro y envoltorios de pastelitos.
Los traje pensando en armar un collage que pospuse al infinito, hasta ahora.

La obra en casa y el hecho de tener que limpiar y reordenar todo me dejaron con un poco de envión y entonces aproveché.
Tenía el rompecabezas de hace años, espantosamente enmarcado, que andaba de placard en placard, escondido por feo.

La pintura estuvo saltada desde que me lo entregaron, el alambre para colgar se salió en el mismo taller en el que lo enmarqué y, la verdad, ya no me encantan los rompecabezas enmarcados.
así que lo desarmé (con un poco de paciencia y otro poco de placer derivado directamente del acto de corregir lo que está mal hecho)
 Desparramé todos los papelitos y seleccioné los que mas me gustaron.
Armé el collage sobre el cartón, pegué todo en su lugar, hice un contramarco forrado con lino, doré el marco a la hoja (le habré dedicado una tarde completa, ponele)



 y ahora llena el agujero encima del ¨hogar¨ que hay en el pasillo del departamento.
 

Y, ya que estaba, estiré un mapa del subte de Seul que tenía guardado desde hacía años (lo compré en Etsy en el 2009, el vendedor ya ni existe) en un bastidor de madera (tengo como 20 de esos, el canvas de los cuadros se arruinó con el hollín, pero pude rescatar los bastidores)
Me quedó el pasillo viajero. Ahora sonrío cada vez que voy del cuarto al living.

Intercambio (finalmente)

Llegó (hace ya casi una semana) el paquete de la encantadora y talentosisíma Margarita, de MamiDelux.
Era parte del intercambio que organizó, junto con Pau, para la época de navidad.
Esta vez parecía fácil, Margarita está en Colombia, mismo continente, mismo idioma...
Y, sin embargo, mi paquete (por correo argentino) y su paquete (por correo privado) tardaron mas de 40 dias en llegar!
Ya estabamos listas para volver a armar los paquetes.
Pero ella recibió el mío y yo el suyo.

Ay, que emocionante fue abrir ese paquete!

Aquí, el relato detallado de toda la hermosura que contenía la caja:

 El paquete, como llegó a mis manos (un poquito apachurrado de tanta espera y manoseo)
 Adentro, una caja de zapatos llena hasta el tope de paquetes envueltos en papeles de mil colores
Primero encontré recetas, dibujos, una postal hermosa, la cartita (que obedientemente leí solo después de abrir los paquetes) y una tarjeta navideña.
Ahora me doy cuenta, me olvidé de fotografiar la tarjeta navideña bordada con cintas!
Después, tres números de la revista maravillosa que dirige la misma Marga. Son hermosas de punta a punta.
Pajaritos de todos los colores (que ya encontraron casa en dos rincones del taller-living)
Tarritos de arequipe, que es una especie de dulce de leche pero mas rico (sí, lo dije). Me los comí con cuchara, que tostadas ni ocho cuartos.
Venían tres, pero uno llegó reventado (o exhaustivamente examinado por los señores de la aduana)
Chocolates colombianos deliciosos (que también pasaron a mejor vida)
Sorprendentemente, no llegaron ni un poco derretidos.
Bases para pintar ¨peg people¨, que planeo convertir en kokeshis para la colección

Mucha tela! Pensé que era tela para hacer quilting, pero investigué un poco y es ¨lawn¨, algo parecido a un voile de algodón que aprovecharé para hacer vestidos (después de tanto tiempo sin taller, ando con unas ganas locas de coser ropa)
 Dentro de la bolsita de organza, un pequeño ejército de babushkas colgantes (que aún no decidí en qué se convertirán) y un atado de un hilo grueso de mil colores (voy a intentar bordar algunos sectores del needlepoint que aún tengo en proceso)
 Finalmente, y como si faltara algo, en el paquete con las cintas venian dos bastidores muy hermosos (de esos que acá no  se consiguen por ningún lado!) que, seguramente, cuelgue con bordados en alguna pared de mi inmaculada casa recién pintada)

 Le decía a Marga que, al final, el retraso del correo fue positivo, porque nos llevó a intercambiar un montón de mails, tener mucho mas contacto del que hubieramos tenido si todo hubiera llegado a tiempo.

Para mí, fue bastante simbólico que la caja llegara el primer día de estar en casa sin pintores ni albañiles.
Fue una especie de explosión de color en medio de la casa toda blanca, aún sin adornar (lo que se ve de fondo es la tabla de mi mesa de trabajo que ahora es blanca, como casi todo el resto de las cosas)

En fin, 20 millones de gracias, Marga, por tan hermoso regalo. Fue un placer tenerte de compañera de intercambio.
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